Crónica de la ruta de "El Valle y el Ventanón"

Como viene siendo habitual y siendo fieles a la hora, partimos a las 8:00 horas rumbo al parking del Alto de la Concha (en las inmediaciones de Ojo Guareña). En una gran parte del trayecto en coche encontramos una densa niebla a la que teníamos que sumar la posibilidad de que cayese alguna que otra tormenta, según indicaban las previsiones meteorológicas. Por lo que a priori el día no auguraba buenas sensaciones.

Ermita de San Bernabé

Tras llegar al parking nos dispusimos a realizar la primera ruta de la jornada “El Valle” PRC BU-31. Desde aquí adelantaros que fue una ruta muy bonita, sencilla y que esta perfectamente señalizada.

A escasos metros del punto de salida nos encontramos con la bella y espectacular Ermita de San Bernabé. Tras las obligadas fotos, seguimos nuestro camino, para ello bajamos por unas desgastadas escaleras de piedra y nos adentramos por una pequeña senda que nos llevaría al primer pueblo de la jornada “Cueva”.

Entre el tramo de Cueva y Quisicedo y debido a la lluvia caída por la noche, los caracoles hacían acto de presencia en las veredas del camino.

Tras pasar por Cueva nos encaminamos hacia Quisicedo, En este pueblo cabe destacar la torre de los Velasco ubicada en el centro urbano y entorno a ella y junto a las excelentes casas tradicionales, aparecen otras esbeltas construcciones con sólidas fachadas de sillar y aires señoriales. Continuamos nuestro camino hasta llegar a Villábascones, donde paramos a almorzar. Tras reponer fuerzas seguimos por el camino hasta llegar a una señal que nos indicaba a escasos metros un yacimiento de tumbas antropomorfas altomedievales, así que allí nos dirigimos.

Casona en Quisicedo.

Tumbas antropomorfas altomedievales.

Tras la visita, volvimos de nuevo al cruce con el fin de llegar a Quintanilla Sotoscueva y de allí a nuestro punto de partida, en este tramo pudimos disfrutar de los verdes prados y de los distintos ocupantes de los mismos (vacas, caballos…) La verdad que aunque hay un trayecto considerable desde Burgos merece muy mucho la pena visitar estos parajes, ya que a uno/a le reconfortan y puede descubrir el gran atractivo cultural, natural y paisajístico que tiene nuestra provincia.

El camino esta perfectamente señalizado a lo largo de todo su recorrido.

Antes de llegar al punto de salida, fuimos a visitar el sumidero del Guareña.

Una vez llegamos al punto de partida, enlazamos con nuestro próximo objetivo la ruta de “El Ventanón” PRC BU-32, la idea era que como íbamos bien de tiempo y la ruta anterior no había sido muy dura completar el día realizando esta ruta. Así que pusimos de nuevo las piernas a trabajar y fuimos poco a poco subiendo por la ladera. La subida no era dura, pero los kilómetros andados anteriormente, el ritmo al que íbamos y el fenomenal día que teníamos con un sol radiante, empezaban a hacer mella, pero sabíamos que no nos quedaba mucho para llegar a nuestro objetivo.

Camino de subida a "El Ventanón"

Tras recorrer aproximadamente unos 5 km. llegamos al denominado “El Ventanón”, también conocido como el puente, un impresionante arco natural de 30 metros de ancho y 20 de alto. Su origen se debe al paso de una antigua conducción de agua que con el trascurso de los siglos disolvió la caliza. Hoy a través de este capricho de la naturaleza se pueden observar los montes del Somo y alguna población de la Merindad de Valdeporres.

Panorámica desde "El Ventanón"

La verdad que merece muy mucho la pena llegar a este fenómeno natural. Tras las fotos, el contemplar la belleza del paisaje nos dispusimos de nuevo a caminar con el fin de llegar al parking para dar por finalizada nuestra jornada senderista. Para ello, y ya que se nos había hecho un poco tarde bajamos por el mismo camino por el que habíamos subido. Decir que la ruta esta perfectamente señalizada.

Tras llegar a los coches, fuimos al área recreativa situada al lado de la Cueva y Ermita de San Bernabé, donde nos dispusimos a comer. Tras este descanso reconfortante, nos encaminamos hacia Burgos, no sin antes parar en Torme para tomar el obligado café. Y tras esto dimos por concluida la jornada, de la que salimos más que satisfechos, tanto por la jornada vivida, por el paisaje, por el día tan espectacular que nos hizo…. En fin no se puede pedir más.